En 2015, la multinacional energética española Iberdrola anunció la inversión de 4 mil millones de dólares en Brasil hasta el año 2017. Dos de los principales proyectos en los que participa son las problemáticas represas de Belo Monte y Baixo Iguaçú, en los estados de Pará y Paraná respectivamente.
Ambos proyectos vienen siendo denunciados por sus impactos sociales y ambientales.
La construcción de la hidroeléctrica de Baixo Iguaçú comenzó en 2013. Este proyecto afecta a las comunidades de los municipios de Capanema, Capitão Leônidas Marques, Realeza, Planalto y Nova Prata do Iguaçu. Las personas que viven en la zona donde se construye la represa se están viendo obligadas a abandonar sus viviendas y sus tierras, sin saber dónde van a ser reubicadas.
El proyecto lo lleva a cabo un consorcio llamado Neoenergía, en el que participa Iberdrola y la estatal Copel. Desde este consorcio han negado el derecho a la consulta pública, previa e informada, y se están cometiendo repetidos actos de represión contra las manifestaciones pacíficas.
Gracias a Radio Mundo Real tenemos las declaraciones de Robson Formica, del Movimiento de Afectados por Represas, que cuenta el conflicto y cómo afecta a las comunidades locales.
Source: Informativo Más Voces